…de la ira.

…de la ira.

Sentimiento en contenible,
que nubla le razón.

Instinto que manifiesta la verdadera faz del ser humano:
agresivo, despiadado y cruel.

Liberándolo del corsé que permite la convivencia,
de la educación y el control,
que nos hacen personas.

Quien lo deja suelto,
no es consciente de su maldad.

Quien se vanagloria,
no conoce su verdadero poder destructivo.

Quien lo admira,
no intuye que se volverá contra si.

Es el instinto animal, primario,
antiguo y profundo.

Nuestra es, también, la capacidad de reprimirlo,
adormecerlo, controlar su letargo sin quitarle ojo,
atentos a su despertar.

Humana es la posibilidad de reparar sus daños,
cuando nos desborda y derrama su furia,
contra todo y contra otros.

La civilización se cimentó en sus orígenes,
en el control de la ira.

Oskar Benegas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *