…de la envidia.
Nos espolea para superarnos,
a la vez que nos hace ruines
cuando nos corrompe
nublando nuestro buen hacer.
Dejamos de ser nosotros mismos,
para vivir lo que a otros corresponde,
no obligándonos a no sentir
nuestra propia existencia.
Alcanzaremos lo anhelado,
manteniéndonos vacíos,
incapaces de satisfacer su voraz apetito.
Se manifestará insolente, altiva ,
exigente en su ansia por querer ser más,
querer tener más.
¿Ser más que quien?
¿Tener más que quien?
Ser, tener…
Sabiendo que nunca lo lograrás,
porque ella te cambiará por otro mejor,
en su infinita hambre de ser y tener siempre
más.
Oskar Benegas