…de mi niñez. Recuerdos difuminados por el tiempo, mil veces olvidados y mil veces revividos, y siempre modelados. Paraíso ilimitado de la imaginación, gobernado por la magia que cultiva la inocencia. Risa desbordada, juego incansable, historias sin final. Lo imposible, era posible y hasta los miedos eran irreales. Hoy, desde el gris de mi pelo, […]